HABILIDADES SOCIALES DE LOS JÓVENES ACADÉMICAMENTE SOBRESALIENTES DE LOS GRADOS OCTAVO A DECIMO DE LOS COLEGIOS DIURNOS CON CALENDARIO A DE LA CIUDAD DE NEIVA.

Abstract

El estudio denominado “Habilidades Sociales de los Jóvenes Pilos” , constituye una investigación cuantitativa del tipo descriptivo transversal que permitió realizar una caracterización de las habilidades sociales de los estudiantes académicamente sobresalientes de los grados octavo a décimo de los colegios diurnos con calendario A de la ciudad de Neiva; llegándose a resultados de gran relevancia para la psicología y la comunidad educativa: Los “jóvenes pilos”, manifiestan dificultades en habilidades relacionadas con la presentación social ante individuos que aún no conocen, tal vez por el temor a no ser aceptados, o porque se sienten intimidados y nerviosos ante las nuevas interacciones sociales. Sin embargo, se interesan por preguntar, solicitar información con tal de aclarar sus dudas; esta habilidad de hacer preguntas también facilita el inicio de las interacciones sociales y el originen de una conversación. Se puede decir, que los jóvenes pilos se relacionan con cortesía y amabilidad, sonríen para agradar a los demás; sienten poco gusto por realizar trabajos en grupo, prefiriendo estudiar de forma individual; lo que no facilita la interacción. Este comportamiento podría deberse, a que en razón de la alta capacidad cognitiva de estos jóvenes y a su motivación intrínseca hacia el estudio, estimen que no necesitan de los demás compañeros para alcanzar sus logros académicos; pues, como explica Albert Bandura en su teoría sociocognitiva, uno de los factores que impulsa a un estudiante a obtener buenas notas es la autoeficacia, es decir, los estudiantes que creen que pueden dominar el material académico y regular su propio aprendizaje tienen más probabilidad de intentar tener éxito y de lograrlo, que aquellos que no creen en su propia capacidad. Los jóvenes académicamente sobresalientes expresan sentir timidez en especial con personas del sexo opuesto y manifiestan que sus interacciones parecen tornarse más difíciles cuando el objetivo es el noviazgo; al respecto, Eysenck distinguió dos tipos de timidez: timidez introvertida y timidez neurótica. La primera se refiere a las personas que son poco sociables y prefieren la soledad pero que son capaces de una interacción efectiva, mientras que la timidez neurótica se refiere a aquellas personas que experimentan ansiedad al interactuar con otros y que son incapaces de hacerlo aún cuando lo deseen o necesiten interactuar. Esta diferenciación permite clasificar a algunos de los jóvenes pilos como tímidos introvertidos, aclarando que se da de manera situacional. Los estudiantes pilos tienen, facilidad para mantener conversaciones, es decir, para hablar durante un tiempo con otras personas de tal manera que resulte agradable para los interlocutores. Esto se observa en la habilidad para acudir a diferentes temas que enriquecen la conversación, la expresión libre de sus ideas y sobre todo en la capacidad de atención y escucha. El estudiante excelente autocontrola emociones negativas como la agresividad, tiende a reprimirlas para evitar inconvenientes o tal vez, porque su nivel de educación y las expectativas de las que le rodean no se lo permiten, por tal razón elaboran esos sentimientos y los expresan asertivamente. Se sienten a gusto con su vida social. Estas ideas sobre sí mismos constituyen autoverbalizaciones que predisponen al joven “pilo” a inhibirse o a actuar de determinada forma en una situación social; pues como lo afirma Meichenbaum: “el habla dirigida hacia uno mismo cumple una importante función reguladora sobre el propio comportamiento”. Además, poseen habilidad para encontrar alternativas y posibilidades de solución a los problemas, lo cual muy seguramente se relaciona con su nivel de desarrollo cognoscitivo, pues como lo explica Ausubel (1983) “la madurez cognitiva es uno de los comportamientos básicos que determina la capacidad del niño para captar y responder a estímulos sociales de diverso grado de complejidad”. La habilidad de comprender lo que sienten los demás, es decir la empatía está presente en la mayoría de los jóvenes pilos, lo cual facilita la conducta asertiva, pues se encuentra la manera más adecuada de interaccionar con los demás cuando se presta atención a los sentimientos e intereses de los otros; además, como lo expone Uriarte (1996): “el conocimiento de lo que otros piensan, sienten, perciben, la asunción de roles, la adopción del punto de vista del otro y relacionarlo con el propio comportamiento son alguno de los factores relacionados con el aprendizaje de las habilidades sociales desde el punto de vista cognitivo”. Finalmente, como los resultados lo indican, la mayoría de los estudiantes académicamente sobresalientes describen un repertorio de habilidades sociales; quizás se deba muy probablemente a que han vivido un proceso de socialización primaria y secundaria adecuado, y han tenido la oportunidad de alcanzar competencia social y el desarrollo de las destrezas necesarias para las relaciones con los demás a través de un continuo proceso de aprendizaje iniciado en la primera infancia, en el ámbito familiar y particularmente en contacto con sus iguales. Por tal razón se puede estimar que la concepción del joven “pilo” como ser aislado, arrogante, y torpe social es una etiqueta errónea que ha conseguido hasta el momento incomodarlos, y generar ciertas dificultades en su relación e integración con estudiantes de nivel académico promedio o inferior.