LA EYECCIÓN DEL YO EN LA ESCRITURA: LA CAÍDA DE LAS MURALLAS GENÉRICAS

Abstract

La propuesta contenida en estas hojas es pertinente debido a la importancia de la temática y por el ejercicio que en sí mismo representa: ensayar sobre la prosa ensayística. En las universidades los procesos de conocimiento se evalúan, principalmente, mediante trabajos escritos. Como estudiantes de Lengua Castellana y profesores en formación consideramos la importancia de aprender a pensar el mundo físico y social aunque este tipo de propuestas se desvaloricen por abstractas. La construcción de este andamiaje no escapa a la realidad social y mucho menos a la universitaria porque si resulta siendo un escape a lo impreciso termina por ayudarnos a comprender mejor la realidad en la que estamos inmersos. Aunque sería injusto decir que no hay huellas ideológicas de nuestro ser en las siguientes páginas, tratamos en un capitulo el carácter político del ensayo en sus orígenes con La Boétie, consideramos que es una rústica contrariedad de percepción pues no todos los problemas de la realidad son de carácter político. Aunque ciertas formas de pensar se valoran mucho más en el mundo académico no deja de parecer importante recordar que cada disciplina tiene sus propias necesidades y que el ejercicio intelectual genera gran expectativa sobre todo como tarea escrita. Heidegger decía que el propósito de la universidad era permitirnos ser verdaderamente responsables de nosotros mismos a través de la escritura. Desde que Michel de Montaigne expreso su confundido "¿Qué sé yo?" planteando una visión de la humanidad vacilante e inconstante, el ensayo se ha convertido en un acogedor prado de contradicción, indecisión y duda. De acuerdo con Theodor Adorno la ley de hierro del ensayo es la herejía. Y acaso ¿no es la herejía la expresión manifiesta de la duda ante las devociones comunes o las posiciones ortodoxas? A esto suele llamársele pensamiento crítico, un objetivo deseado y patente en la educación de un país con democracia. Creemos por experiencia propia que el ejercicio de la duda se cultiva en nuestra sociedad de manera privada y personal. Para los intereses mezquinos de quienes controlan el país el pensamiento crítico es una gran roca que impide el curso del barco hacia los beneficios perseguidos. No es un secreto que muchos de nuestros profesionales no tienen la capacidad y el coraje de convocarlo, por ejemplo, en la realización de un ensayo. En la universidad es una de las tareas por excelencia ya que permite a los estudiantes la oportunidad de demostrar su comprensión de lo aprendido, la trasparencia de su pensamiento, el peso de su estirpe intelectual como diría el profesor Antonio Iriarte. Quizá por eso el principio para la construcción de un ensayo, si podemos hablar de estructuras lógicas, sea la organización de un debate interno al pensar contra sí mismo. Esta redefinición del ensayo que parte del estado actual de la discusión para llegar a sus rasgos esenciales, nos ayudará a vislumbrar por qué la contrariedad del Yo es la fuente de comprensión de todo el universo, cómo es el primer signo de la Modernidad como culto al ego y además esclarecerá por qué no podemos hablar del ensayo como categoría genérica, que es la propuesta final, ya que este Yo no solo dice a través de la escritura sino que se hace y renueva a partir de ella.