CIVILIZACIÓN Y BARBARIE LA LEY DEL LLANO Y LA SELVA

Abstract

El siguiente trabajo tiene como finalidad demostrar, a través de elementos formales de las novelas La Vorágine y Doña Bárbara; los aspectos que evidencian la temática referida a la civilización y la barbarie. Desde lo que nos comenta Alberto Dessau en Civilización y Barbarie en la Novela Latinoamericana; estas fuerzas retardatarias “guardan un antagonismo que está integrado, como sustrato histórico, en el conflicto entre lo humano y lo antihumano, como lo ven los autores contemporáneos”1. Recurrir una vez más a este viejo conflicto, es querer mostrar ante todo cómo esta temática está tan vigente y sigue ligada a nuestra historia presente y pasada y de la cual nuestros escritores han inclinado su pluma para develarnos en sus obras parte de la historia latinoamericana. Si nos remontamos 500 años atrás, podremos darnos cuenta de cómo el enfrentamiento a sangre y fuego y en nombre de la cruz desató muertes y uno de los más grandes genocidios de la historia. Sin embargo, para aquel tiempo no existió ningún crimen, ninguna matanza, pues los seres que fueron descubiertos y luego exterminados no eran más que una rara especie de salvajes (bárbaros) que ni siquiera tenían alma. Con el correr de los años los diferentes enfrentamientos que han ocurrido no sólo en América latina, sino en el mundo entero han demostrado una vez más, que el enfrentamiento civilización- barbarie está vigente como hace cinco siglos, y todos han tenido un mismo fin, el ansia de riquezas y poder. José Eustasio Rivera y Rómulo Gallegos, conscientes del devenir sujeto a los avatares que marcaron la tradición latinoamericana, expresaron y denunciaron por medio de su narrativa los conflictos que se dieron en su época. Por una parte la fiebre del caucho. El oro negro hacía soñar a muchos con la fortuna que podían adquirir de su explotación; pero también fue la desventura de unos cuantos, como varios de los personajes de La Vorágine, que quedaron sumidos en la esclavitud del hombre y a la merced despiadada de la selva. Llevados por la ambición y la locura que produce la manigua, en las selvas colombianas se repetía la historia. Muchas personas perecieron, grupos indígenas fueron diezmados en casi la totalidad de su población y los crímenes allí cometidos de los cuales poco se saben, fueron el reflejo de la barbarie. Mientras, en Venezuela Gallegos reflejaba la situación política y social de su tierra por medio de un personaje extraordinario. La dictadura de Juan Vicente Gómez, fue en este caso, el referente histórico para expresar en Doña Bárbara un suceso de interés nacional que había permeado en la sociedad. La rudeza de un mandatario que pretendía manejar la nación como una gran hacienda y controlar la mayoría de tierras; fue el molde para crear a Bárbara que, marcada por un pasado turbulento, es el espejo del hombre que conducía el país, sumando a ello la confrontación de fuerzas civilización y barbarie. De este modo las palabras de Emir Rodríguez Monegal describe de una manera clara el papel desempeñado por estos escritores y su compromiso con lo nacional, con la formación de su identidad. Mientras permanezca abierta la dicotomía entre sociedad real y sociedad ideal, el escritor estará siempre regresando a la historia pública en busca no sólo de un escenario, sino de un motivo esencial, y tratará de representar el abismo que se abre entre esos dos mundos. Y su pretensión de actuar como filósofo de la historia, como vidente, como profeta, lo llevará a una búsqueda perpetua por reproducir la totalidad del universo social. Es así, como el análisis de estas dos novelas y la lectura hecha de ellas desde un plano social y humano involucran un tema que seguirá estando presente durante mucho tiempo en el transcurrir del tiempo, marcando el progreso o retroceso de nuestros pueblos.