MORADA AL SUR: EL LENGUAJE DE LA NATURALEZA

Abstract

Morada al Sur, la obra poética del autor nariñense Aurelio Arturo, es sin duda alguna, como bien lo expone el título de esta investigación, el lenguaje de la naturaleza. Aurelio Arturo fue hijo de una familia terrateniente, el mayor de entre siete hijos, y es por este motivo que tuvo todos los privilegios que le permitieron disfrutar de su entorno natural, del que decidió partir a muy temprana edad, pero nunca se alejó de aquel paraíso soñado, pues se llevó en lo más profundo de su ser sus recuerdos. Para muchos seres es sorprendente que este poeta nariñense hubiera escogido para sus escritos los recuerdos de su infancia y las maravillas que la naturaleza le brindó en aquellos días en los que el sol, las hojas, los árboles, la nodriza, entre muchos otros elementos, aún eran perceptibles en la memoria de los colombianos; sin embargo, continuamente es motivo de interrogación conocer que, aunque Aurelio Arturo fue un liberal radical que vivió en carne propia todos los acontecimientos sociopolíticos que se gestaron en Colombia entre 1906 y 1974 -época en la que vivió el poeta-, escogió y prefirió eternizar el albergue de donde venía entre todo su conocimiento, la morada del Sur de Colombia en la que reviviría su infancia y el anhelo de volver a aquella tierra donde es dulce la vida. Morada al Sur es verdaderamente el lenguaje de la naturaleza. Cada poema tiene vida propia y el autor logra cautivar deslumbrantemente al lector con cada verso, con cada palabra fugaz, con cada imagen, pues esto hace que el poema se eternice en la memoria del que se deja seducir por esos versos encantados. Versos que transportan al lector al Sur como el mítico lugar de la infancia, versos que cuando se leen pereciera que fuera el propio Aurelio Arturo el que se sentara a nuestro lado, el que nos pasara hoja por hoja su libro y nos susurrara al oído toda su nostalgia, toda su tristeza al mismo tiempo enaltecedora de lo vivido. Y aunque lejos de su patria espiritual, nunca se apartó de ella, y el mejor legado que nos dejó fue su obra Morada al Sur. Obra en la que los elementos de la naturaleza, junto con los hombres y mujeres que trabajaban las tierra, el cantor de tal sutiliza se convierte en un solo verso, en un solo ser, en una sola esencia, porque en estos poemas hay miles de matices, hay miles de integrantes, hasta el punto de sugerir que en estos versos el verde es todos los colores, es color de hombre, es color de sol, es color de hoja seca, de pájaros revoleteando, de follajes, de espadas, de leyendas, de nodrizas y de recuerdos que se vuelven uno solo, el de la añoranza de regresar a compartir con los suyos su ser, su esencia, su libertad.